Los mejores desayunos del mundo: receta para un fenómeno viral

Cómo un torneo informal organizado por un streamer logró lo que muchas campañas millonarias no consiguen: movilizar identidades nacionales, viralizar marcas y convertir al bolón de verde en símbolo de orgullo colectivo.

Cuando el desayuno se volvió trending topic global

Un streamer, 16 platos típicos y millones de personas votando con el corazón (y con el dedo en el “like”).

Lo que parecía un simple torneo en redes sociales se convirtió en un fenómeno sociocultural donde cada país salió a defender su desayuno como si fuera una final del mundial.

El Mundial de los Desayunos, creado por Ibai Llanos, no solo rompió el algoritmo: activó pasiones, conversaciones, campañas de marketing espontáneas y una ola de creatividad colectiva que pocas marcas logran generar con planificación tradicional.

Pero ¿cuál es la receta detrás de este éxito viral?

LOS INGREDIENTES DEL ÉXITO: LA RECETA VIRAL

1. Una mecánica simple, emocional y nativa

  • Votar con un “like” en TikTok, Instagram o YouTube es rápido, emocional, sin fricción.
  • No se trataba de ganar un premio: se trataba de defender una parte esencial de tu cultura.
  • Insight profundo: pocas cosas son tan identitarias como la gastronomía local.

2. El tono informal, pero perfectamente diseñado

  • Ibai no usó un branding complejo ni reglas estrictas: fue “un sorteo amañado”, dijo entre risas.
  • Esa informalidad calculada permitió que la audiencia se adueñe del relato.

3. Tiempo perfecto y momentum emocional

  • Agosto es un mes liviano en la agenda noticiosa y con alto uso de redes.
  • En Ecuador, Perú, México y Argentina (países con fuerte cultura digital), coincidió con climas favorables para la viralización.

4. Un relato compartido y adaptable

  • No era solo la historia de Ibai, era la de cada usuario que compartía su desayuno con orgullo.
  • El contenido lo generaron los fans, no el streamer.

CUANDO LAS MARCAS DESPERTARON

Muchas marcas, especialmente en Ecuador y Perú, reaccionaron con agilidad y empatía cultural, demostrando que el real-time marketing sigue más vigente que nunca.

Algunos ejemplos:

  • Burger King: posteó “El Encebollado no puede perder este Mundial del desayuno. Por eso, hasta los rivales nos unimos en la misma barra. 🍲👑 ¿Quién más se suma al team Ecuador?” llamando a otras marcas como Mayflower o KFC a unirse a la barra por el Ecuador

  • Viceministerio de Turismo de Ecuador: publicó un reel animado de “Don Bolón” Embajador gastronómico, haciendo campaña por la gastronomía ecuatoriana.

  • El Presidente Daniel Noboa tampoco perdió oportunidad e hizo presencia en los mensajes de Instagram con la frase “Ecuador en la casa 🇪🇨” reforzando, como de costumbre, en su imagen digital con lo que alcanzó 25.337 likes hasta el momento. Así mismo el presidente de la asamblea Niels Olsen y la vicepresidenta Ma. José Pinto.


  • Diarios y noticieros del Ecuador hicieron cobertura de la noticia, haciendo tutoriales de cómo votar y llevando un seguimiento de los acontecimientos como si fuera un mundial de fútbol.

¿QUÉ LECCIONES DEJA A LA INDUSTRIA?

1. Lo emocional gana a lo racional

Más que a una causa, la sociedad reacciona ante una conexión real.

En comunicación, solemos construir campañas con argumentos lógicos: beneficios, datos, propósitos. Pero este fenómeno nos recuerda algo esencial: las personas no se mueven por lo que entienden, sino por lo que sienten.

Aquí no había una “gran causa” detrás del torneo —como acabar el hambre o salvar el planeta—. Lo que movilizó a millones fue algo mucho más visceral: el deseo de ver representada su cultura, su país, su desayuno favorito.

El bolón de verde no compitió como producto, sino como símbolo. Y eso fue suficiente para que medio Ecuador saliera a votar. Las emociones sencillas, cuando son auténticas, generan más engagement que cualquier eslogan publicitario.

 

2. La cultura es más poderosa que el producto

Las marcas que entendieron esto supieron subirse al barco sin parecer oportunistas.

Las campañas que mejor funcionaron no fueron las que trataron de vender un bolón, sino las que pusieron en valor lo que ese bolón significa: tradición, hogar, orgullo nacional.

Las marcas que simplemente promocionaron un “desayuno en oferta” no lograron el mismo impacto que aquellas que dijeron:

“Aquí no se trata solo de comida, se trata de lo que somos.”

El Mundial de los Desayunos nos enseña que cuando se activa una conversación cultural, la marca no debe hablar de sí misma, sino conectar con ese relato colectivo. Las que lo hicieron bien pasaron de ser marcas a ser embajadoras emocionales.

 

3. No hace falta inventar una tendencia, basta con leer bien las que ya existen

En lugar de desgastarse intentando generar algo “viral”, lo más inteligente fue leer el momento.

El Mundial de los Desayunos ya estaba explotando. La diferencia la hicieron las marcas que supieron subirse con creatividad, agilidad y coherencia.

Esto habla de una habilidad clave en comunicación actual: el social listening proactivo, no como monitoreo frío, sino como radar cultural.

Los equipos que estaban conectados con lo que pasaba en redes no necesitaron brief, ni campaña, ni inversión millonaria. Solo tuvieron que hacer scroll, sentir el pulso… y actuar.

 

4. El contenido sin ego gana terreno

Ibai fue el catalizador, no el protagonista.

Ibai Llanos no diseñó este torneo para sí mismo. No apareció en todos los videos, no impuso un guión, no buscó el protagonismo. Simplemente creó un marco y lo soltó en manos de la gente.

Ese liderazgo horizontal —basado en permitir, no en controlar— es una lección poderosa para marcas, líderes e instituciones.

En la era de la sobreexposición, el contenido más genuino es el que se genera desde la comunidad, no desde el ego de la marca.

Y en ese sentido, Ibai fue brillante: no habló de la audiencia, dejó que la audiencia hablara por sí misma.

 

5. Las comunidades quieren participar, no solo consumir

El verdadero éxito del Mundial de los Desayunos no fueron los likes… fue la cantidad de gente que quiso ser parte.

Personas creando contenido, compartiendo con orgullo, debatiendo con humor, haciendo memes, reels, encuestas. Fue un caso de comunicación participativa en estado puro.

Las marcas que entienden este cambio ya no se posicionan como emisoras, sino como plataformas que invitan, celebran y amplifican las voces de su comunidad.

Eso es reputación en la era digital: menos control, más co-creación.

El desayuno como metáfora del nuevo marketing

El Mundial de los Desayunos no fue solo una competencia gastronómica, fue una muestra de cómo se construyen hoy las conversaciones globales.

En un mundo saturado de mensajes, ganan los relatos simples, auténticos y compartidos.

Y cuando esos relatos despiertan orgullo, humor y hambre… es casi imposible que no se vuelvan virales.