El gran jurado está en los medios y las redes sociales: Deep vs Heard
Johnny Deep y Amber Heard se contraponen en el juicio más mediático de 2022.
En las últimas semanas hemos visto una enorme cantidad de contenido en redes sociales relacionado al juicio de Johnny Deep contra Amber Heard, sin duda este juicio de alto perfil, debido a la fama de sus protagonistas, no podría ser normal, y sus implicaciones mediáticas son parte intrínseca de las consecuencias que acarreará la sentencia.
Repasemos los hechos:
2011: los actores se conocieron en el set de filmación de “El diario de un seductor”, a partir de ese momento empezaron a salir y mantuvieron un noviazgo que duró hasta 2015. El matrimonio, sin embargo, duró menos de 15 meses.
2016: Heard se presentó ante un tribunal en Los Ángeles para solicitar el divorcio y una orden de alejamiento por presunto maltrato físico, emocional y verbal.
Los titulares tuvieron un primer gran impacto. La imagen pública de Johnny Deep empezó a caer y pasó de ser un actor muy querido, a un posible agresor de mujeres y una de las caras de la violencia doméstica.
En un intento de contener esta caída, la pareja firmó un acuerdo de divorcio por 7 millones de dólares a favor de Heard, el mismo obligaba a las partes a no volver a comentar este tema de manera pública..
2018: el caso resurgió con fuerza tras el artículo de opinión que escribió Heard para el Washington Post, hablando de su experiencia y posicionándose a sí misma como una figura pública, representante de las mujeres que han sufrido abuso doméstico.
En 2019 Johnny Depp presentó una demanda por difamación. Según la denuncia del actor, la columna de opinión de Amber Heard dañó la carrera de Johnny Depp y tuvo unas pérdidas de más de 40 millones de dólares debido a la cancelación de varios proyectos que tenía en marcha.
La imagen pública y sus consecuencias
La gran notoriedad de este caso nos permite analizar el impacto de los titulares de prensa y de los contenidos de redes sociales, sobre la reputación de una marca, o en este caso de dos marcas personales: la del actor Johnny Deep y de la actriz Amber Heard.
Antes de que este caso explotara por primera vez, todos teníamos una percepción de la imagen de estas dos personas, percepción construida en base a sus personajes en películas, y noticias de farándula que destacaban por ser positivas.
Entre 2016 y 2019, cuando Heard expone su caso en el Washington Post, la opinión pública se apresuró a tachar a Deep de violento y machista, un cambio radical de imagen que no tomó mucho en posicionarse.
Actualmente, la imagen pública de las dos partes del conflicto es inestable. Al ser figuras internacionalmente reconocidas y despertar tantas pasiones en sus seguidores y en los medios, todas sus acciones deben ser pensadas como estrategias con grandes consecuencias en sus carreras artísticas. La opinión en redes sociales se inclina, ahora, por tachar de mentirosa a Amber Heard y retomar “el equipo” de Johnny Deep.
El control de la Reputación
Ambos actores son conscientes del gran poder de los medios de comunicación (incluyendo a las redes sociales) y la repercusión que estos traen a su reputación, es la razón por la que Johnny Deep decide llevar el caso a juicio en 2019 y por la cual el equipo de abogados de Amber Heard intentó finalizar de manera precipitada la demanda, cuando la imagen de su cliente se veía mermada, día a día en redes sociales.
Las figuras públicas se vuelven expertas en manejo de imagen, al estar expuestas a diario a las cámaras aprenden a manejar la percepción de las masas, poco sabemos quienes estamos frente a una noticia sobre la verdad de los hechos. Sin embargo, es interesante observar las aparentes estrategias que han llamado la atención de analistas expertos y aficionados en las redes sociales, como por ejemplo los atuendos de Amber Heard durante las primera semanas del juicio, los mismos que eran evidentemente una réplica de lo que Johnny Deep había usado el día anterior, como una manera de vincular su imagen a la de Deep e impactar psicológicamente a éste, o incluso al mismo jurado.
No han faltado tampoco los análisis de expresiones faciales y lenguaje corporal, por parte de varios expertos de internet, así como de psiquiatras y aficionados. Lo cierto es que este muy mediático caso ha dado tela que cortar para todo el mundo, cada artículo, video y post de análisis genera uno nuevo, nuevas teorías y posiciones que se respaldan una a otra, e impactan a más personas, provocando un consenso colectivo.
En cada momento de este caso podemos reflexionar sobre lo siguiente:
- La opinión pública no necesita pruebas, solo titulares, para moldear su percepción.
- Las redes sociales son espacios sin control editorial, altamente influenciables, donde proliferan las “fake news”.
- Un vocero bien preparado con una historia estructurada puede generar un gran impacto y cambiar el rumbo de un caso.
- La reputación importa y mucho, el que tan apreciada sea una marca -o una persona- por la sociedad, determina su éxito o su fracaso.
De esta misma manera, quienes están al frente de grandes corporaciones, o de corporaciones que pretenden sean muy grandes, deben aprender también sobre la importancia de su reputación, asesorarse y proyectarse públicamente de la manera en que quieren ser vistos. Los medios de comunicación y las redes sociales, pueden jugar a nuestro favor, o en nuestra contra, el poder está en quienes saben cómo manejarlo.