La búsqueda de influenciadores en redes sociales se ha convertido en una cacería entre las diferentes marca en el Ecuador, donde el universo de “famosos” es muy reducido y es poca la credibilidad que se puede alcanzar al utilizar el mismo canal que utilizan 10 marcas más. Sin embargo, estamos en el auge de los influenciadores, y no cabe duda que las personas prefieren seguir personas, no marcas, y es por eso que el reto se vuelve tan importante.

Lo que muchas marcas aún no saben, es el potencial que tienen en su misma empresa, y es de allí donde nace el concepto de Employee Advocacy, una de las tendencias de comunicación organizacional más efectivas al momento de hablar de influenciadores; su concepto se basa en la creación de embajadores de marca entre los propios empleados de la empresa, haciendo que ellos, con pleno conocimiento y cariño hacia la marca, se conecten con sus audiencias, humanizándola y haciéndola más real y más cercana.

Un estudio compartido por MSLGroup, afirma que los mensajes corporativos compartidos por los empleados, alcanzan un 561% más público que los compartidos por la marca. A esto hay que sumarle todos los beneficios de credibilidad que representa el que sus propios empleados hablen bien de la misma.

Como habíamos hablado en un artículo anterior, en lo que respecta a influenciadores, quienes generan credibilidad, más allá de las celebridades, son las personas comunes y corrientes, si a esto le sumamos que estas personas trabajan y conocen a la empresa a fondo, el factor de credibilidad se multiplica, lo que nos permite concluir que los mejores influenciadores para las empresas son sus propios empleados.

El valor que genera este público en sus audiencias, no es el número de seguidores con el que cuentan, sino el cariño con el que hablan de la marca y la credibilidad que generan. Esto es aún más valorado si el mensaje no viene del CEO, sino de los empleados de más bajo rango.

Para que una estrategia de Employee Advocacy funcione, es importante fijarnos qué está pasando al interior de la empresa y qué tan fidelizados están los empleados, de esta manera, los mensajes que ellos comparten serán más creíbles, más espontáneos y más humanos.